El sueño de Magallanes
¡Leven anclas, icen las
velas! Zarpamos a una aventura épica alrededor del mundo, navegaremos por aguas
misteriosas entre batallas, motines, traiciones, tormentas, estrechos, tierras vírgenes
y lugares inexplorados, el sueño emprendido por Cristóbal Colón, continuado por
Fernando de Magallanes y finalizado por Juan Sebastián del Cano se le adelantaría
por más de 350 años al libro de Julio Verne La
Vuelta al Mundo en 80 días y 20 mil leguas de viaje submarino, un
sueño que los acompañarían tres damas y dos caballeros: La Trinidad; La Concepción;
La Victoria, Santiago y San Antonio.
La aventura de la vida
comienza en 1519 y culminaría en el Puerto de Sevilla de San Lucar en
Septiembre de 1522, en medio de hambre, escorbuto, la fuerza entre la arena y
el Mar. Doscientos treinta y siete hombres
se embarcarían en la expedición más
grande de su época, se encontrarían navegando entre aguas misteriosas, sin provisiones
en un acto de fe que enaltece el espíritu de Fernando de Magallanes.
El capitán general, había
resuelto emprender un largo viaje por el Océano, donde los vientos soplan con
furor y donde las tempestades son muy frecuentes. Había resuelto también abrirse
un camino que ningún navegante había conocido hasta entonces. Este viaje cambiaría
la historia de la humanidad en las rutas de navegación, astrología, astronomía,
política y geografía.
Magallanes se presentaría
ante la Corte del Rey Carlos de España, su discurso invadiría la mente del Rey
en la conquista del poder y en la expansión de su imperio, un hombre de barbas
largas engañaría al hombre más poderoso del mundo con la mentira de saber cómo
llegar desde Occidente hasta Oriente atravesando un estrecho en el Nuevo Mundo.
La luz de sus ojos
indicaba una ambición por alcanzar las Islas de las Especies, islas custodiadas
por los dientes de una enorme bestia marítima. Entre islas, montañas, rocas y archipiélagos,
enfrentarían una batalla desafiando cara a cara a la muerte en los océanos dominados
por Poseidón. Es un lunes por la mañana del 10 de agosto del año 1519, una vez
que la escuadra tuvo a bordo todo lo que era necesario, como igualmente su tripulación,
compuesta de 237 hombres, se anunció la partida con una descarga de artillería,
y se desplegaron las velas de trinquete.
Siendo un hombre que conocía
las cartas de navegación mapas y las escasas cartas de navegación, Magallanes
estaba a cargo de cinco naves, solamente él podría haber imaginado una aventura
semejante, pero no se imaginaria que se enfrentaría a los efectos psicológicos que
la luna de plata tiene para seducir la danza del inmenso océano, la desesperación,
la soledad, el miedo susurraban palabras en el viento impregnándose en los
corrompidos oídos de los castellanos. Una tormenta los alcanzaría temerosos los
castellanos por un naufragio, fueron calmados por un buen presagio al
encontrarse con las puntas de los mástiles encendidos como velas en una Iglesia,
pero esto no era fuego sino un fenómeno conocido como lo Fuego de San Telmo.
Tras cinco meses de haber
permanecido en el Puerto de San Julián, muy cerca de Rio de Janeiro, Brasil;
con el invierno avecinándose los capitanes Quesada y Mendoza planeaban algo muy
diferente a los planes de Magallanes.
El intento de Quesada y
Mendoza de amotinarse fue sublevado viéndose obligado Magallanes a presentar a
la fría dama de metal a los rebeldes capitanes sería solamente Cartagena quien
fuera abandonado en la costa. Mientras
nos hallábamos en el Estrecho no teníamos sino tres horas de noche y estábamos en
el mes de Octubre, la costa de este Estrecho, que del lado izquierdo se dirige
al sudeste, es baja; démosle el nombre de estrecho de los Patagones, a cada
media legua se encuentra en él un puerto seguro, agua excelente, madera de
cedro, sardinas y marisco en gran abundancia…en fin, creo que no hay en el mundo un estrecho mejor que éste.
El Estrecho de Magallanes
aparecería de ahora en adelante en las cartas de navegación este descubrimiento sería uno de los más grandes en la historia de la
humanidad ya que estarían a poco de comprobar la teoría de la circunferencia de
la Tierra; un estrecho que llevaría un cambio geopolítico para su época.
Adjudicándose una
victoria más, la Corona Española representada por las cinco naves continúo su
viaje pero no todos los santos continuarían con la misma fe entregada meses atrás
en el puerto que los vio partir, la nave San Antonio pilotada por Esteban Gomez
desertó secretamente queriendo regresar al vientre materno…Su destino no pasaría
más allá del naufragio, nada se supo de sus tripulantes, pues estrellándose entre
las rocas la muerte los reclamaba en venganza por haberla desafiado por muchas
leguas.
Miércoles 28 de
noviembre, desembocamos por el Estrecho para entrar en el gran mar, al que
dimos en seguida en nombre de Pacifico, y en el cual navegamos durante el
espacio de tres meses y veinte días, sin probar alimento fresco. Las cuatro damas en sus vestidos encontraron
un viento favorable que las llevó a encontrarse con un gigante azul tranquilo y
pacífico. Sin embargo, esto no era todo.
Nuestra mayor desgracia era vernos atacados de una especie de enfermedad que
hacia hincharse las encías hasta el extremo de sobrepasar los dientes en ambas mandíbulas,
haciendo que los enfermos no pudiesen tomar ningún alimento.
Cansados con hambre y una
sed insaciable, habiendo percibido a nuestro derredor cierto número de islas,
el quinto domingo de cuaresma, que se llama Lázaro, les dimos el nombre de archipiélago
de San Lázaro, que luego se llamarían Filipinas. Los isleños se familiarizaron
bastante con nosotros, por cuyo medio pudimos saber de ellos los nombres de
muchas cosas, especialmente de los objetos que nos rodeaban; así fue como
supimos que su isla se llamaba Zuloan. Se encontraron así con un mundo rico en
especies, animales exóticos, costumbres, tradiciones, vestimentas una imagen
que solo podemos imaginar en nuestras mentes de las grandes maravillas que
esconde el mundo.
Muchos de los reyes y
jefes de las islas recibieron de manera pacífica a los castellanos, dándoles muchos
regalos para su regreso, a veces confundiéndolos con seres que venían de los
astros. Pero el jefe de la Isla Mactan, el rey Lapu Lapu negándose al poderío de
la Corona Española y de Magallanes defendió su territorio con mil quinientos
hombres.
Esperamos efectivamente
el día y saltamos entonces a tierra con el agua hasta los muslos, no habiendo
podido aproximarse las chalupas a la costa a causa de las rocas y de los bajíos.
Éramos en todo cuarenta y nueve hombres, habiendo dejado once a cargo de las
chalupas, y siéndonos preciso marchar algún tiempo en el agua antes de poder
ganar tierra.
Las
condiciones del clima no le favorecieron del todo, la marea baja no les
permitía acercar las naves y las pequeñas bocas del dragón de metal no tenían
el alcance a la costa ni a sus enemigos, así que con pocos hombres y confiado
de la superioridad tecnológica de sus armas y su coraza que cubría su cuerpo, la costa se tiñó de sangre, un nativo atravesó
la pierna de Fernando de Magallanes, resistió ante los ojos de sus tropas y de
sus enemigos.
Pero
la gloria de Magallanes sobreviviría a su muerte. Estaba adornado de todas las
virtudes, mostrando siempre una constancia inquebrantable en medio de las más
terribles adversidades. Fernando de Magallanes sería brutalmente asesinado el
27 de abril de 1521, versado como ninguno en el conocimiento de las cartas náuticas,
poseía a la perfección el arte de la navegación, como lo probó dando la vuelta
al mundo, que nadie antes que él había osado tentar.
Las
damas que partieron de Sevilla a las Islas de las Especias se quedarían sin su
líder sin su capitán fue así que surge un nuevo líder, Juan Sebastián del Cano
quien tomaría el mando de las naves cargado de kilos de especias, consideradas
más valiosas que el oro, a bordo de la Victoria con 47 europeos y tres nativos
comiendo sólo agua y arroz, comiendo ratas, y cuero de los mástiles se enfrentaría a un viaje lleno de muerte por
inanición y escorbuto; escapó de los portugueses en Cabo Verde, surcando mares
inexplorados tocaría puerto a bordo de
la Trinidad el 8 de septiembre de 1522 junto con 18 hombres trayendo consigo
533 quintales de clavos de olor que ampliamente repusieron los gastos del
viaje.
Gracias
a la providencia, el sábado 6 de septiembre entramos en la bahía de San Lucar y
de los setenta hombres que formaban la tripulación cuando partimos de las islas
Molucas, no éramos más que dieciocho, y éstos en su mayor parte estaban
enfermos.
Juan Sebastián
del Cano fue el primero hombre en navegar alrededor del mundo, llevando a cabo
completamente un proyecto iniciado por Fernando de Magallanes, logrando así la
hazaña náutica más difícil de todos los
siglos. El viaje fue también muy fructífero para la ciencia, dio la prueba
positiva de la rotundidad de la tierra y la primera idea verdadera de la distribución
de la Tierra y el agua.
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