Industria y Ciudad
En la lógica de
producción capitalista, la relación entre los empresarios industriales y la
ciudad se establece sobre la base de las ventajas comparativas que éstos han
encontrado en las aglomeraciones urbanas que, a su vez, han crecido y se han
desarrollado merced al progreso industrial, estableciéndose una simbiosis de
intereses desequilibrada, especialmente beneficiosa para la industria y
notablemente onerosa para la ciudad en términos de calidad de vida y deterioro
medioambiental. Las exigencias de la industria, tanto más en las ciudades de
tamaño medio o pequeño, estructuradas en áreas metropolitanas, ejes de desarrollo
y en ámbitos de industrialización difusa y sistemas productivos locales.
De la mano de la revolución industrial, a
partir del siglo XVIII se produce una aceleración del crecimiento de la
población urbana en los países inmersos en ese proceso de desarrollo
tecnológico. La crisis urbana fue objeto de algunas reflexiones teóricas y de
los intentos de mejorar el congestionado tejido urbano, en absoluto preparado
para acoger las enormes transformaciones experimentadas.
Claude
Nicolas Ledeuz, se interesó por hallar una fórmula eficaz en la que pudiesen
integrarse las diferentes funciones coincidentes en el espacio construido.
Anticipándose a los principios de igualdad, fraternidad y libertad de la
Revolución Francesa, Ledoux es uno de los primeros teóricos que incorporan en
sus planteamientos un tratamiento adecuado para resolver el problema
habitacional de los obreros. Propone la construcción de la Ciudad Ideal de Chaux como
un proceso de segregación de los usos industriales, antecediendo las tendencias
de descentralización recogidas en las propuestas de Ciudad Industrial y Ciudad
Jardín.
El
hacinamiento de la mano de obra fue causa de numerosos problemas de salud
pública, de contagios y epidemias que diezmaban
a esa clase social, pero cuyos efectos eran también percibidos por la
burguesía en doble vertiente. La afección del incremento de la morbilidad
suponía una reducción cuantiosa de la fuerza laboral, en términos absolutos
medidos en pérdida de vidas humanas.
Las
condiciones de vida en los primeros barrios obreros fueron ya denunciadas por
los cotaneos. Engels, en La situación de
la clase obrera en Inglaterra, denuncia la
construcción de
viviendas para el proletariado por parte de los propios empresarios
industriales, o por especuladores financieros, guiados por un triple interés,
el de obtener nuevos beneficios a través de la renta del suelo, el de extraer
una porción de los salarios de los trabajadores y el de asegurar las
condiciones de reproducción de su fuerza laboral.
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