PARSONS DE LA PRIMERA ÉPOCA

En la obra de Talcott Parsons, quien ha proporcionado el centro de la discusión teórica durante tres décadas, tanto para sus oponentes como para sus partidarios, más que ningún otro sociólogo académico moderno de cualquier nacionalidad es una figura mundial. Señalar  la relevancia intelectual de Parsons no equivale a decir que tenga razón.

Pese a la gran importancia de Parsons en que atañe  a la elaboración técnica de una teoría, subsiste la paradoja de que su obra parece la más alejada de los problemas de su tiempo, esta teoría surgió en Estados Unidos durante la Gran Depresión de fines de la década de 1930.

Estructura universitaria y distanciamiento teórico.


Este análisis de los orígenes sociales de ciertas características que presenta la teoría parsoniana, se refiere el autor al medio institucional local  en que se desarrolló en la escena universitaria. Se produjo una división  entre aquellos intelectuales diseminados en la vida urbana y por ende bastantes vulnerables a los riesgos económicos e inseguridades profesionales de ese período, y los académicos  que vivían relativamente  aislados porque la estructura corporativa de la universidad protegía en gran medida sus normas intelectuales e intereses profesionales.

La universidad privada de clase alta está en mejores condiciones para mantener su cohesión corporativa durante una crisis económica; será menos desunida por las diferencias en la seguridad económica de sus académicos en los distintos niveles de jerarquía y antigüedad.

Muchas universidades  norteamericanas están situadas en pequeñas  ciudades universitarias donde la probabilidad de una interacción social continua e intrincada entre los académicos , es aumentada  primero  por una proximidad física y segundo, por las endémicas tensiones entre la población y la universidad que suelen penetrar en esos sitios. Aislamiento con respecto  a las tensiones económicas.

Durante la Gran Depresión, por supuesto las posibilidades de ocupación eran escasas en todos los terrenos. Se trata del hecho de que esa crisis fue definida nacionalmente como un fracaso económico, y por lo tanto, exigía una solución económica que a su vez  requería economistas, y rara vez se recurrió a los sociólogos para que contribuyeran a la política nacional.

Parsons en Harvard.

Harvard se encuentra en la ciudad  universitaria de Cambridge, esto refuerza el aislamiento con respecto a la influencia metropolitana y le permite reducir, aunque no eliminar, estímulos que de otro modo serías perturbado para la vida académica. Permanecer relativamente menos vulnerables a las presiones de la ciudad que otras universidades menos prestigiosas, situadas también en ciudades universitarias.

Para explicar lo nuevo de Parsons, es importante recordar que a principios de la década de 1930 el Departamento de Sociología de  Harvard era muy reciente. En realidad, el departamento mismo fue fundado inmediatamente después de la bancarrota de 1929. P.A Sorokin llegó para dirigirlo  en el verano de 1930 y fue inaugurado oficialmente en septiembre de 1931.

Rodeada e impregnada de la atmosfera de riqueza y alcurnia, en intercambio regular con hombres poderosos e influyentes, Harvard forma parte del sistema establecido norteamericano  y es uno de los terrenos para la preparación y reclutamiento de su élite.

Los estudiantes reunidos en Harvard  eran jóvenes inteligentes y con sensibilidad social a menudo de orígenes sencillos, hasta humildes. Lo que a ellos le sucedía era muy diferente de lo que ocurría con su mundo social. De tal modo los jóvenes discípulos de Parsons podían responder a la crisis social con el sentimiento de que la contribución social más valiosa que podían hacer era dedicarse  a lo suyo, desarrollando una nueva sociología, de modo de poder ofrecer a su debido tiempo, la ayuda científica que la sociedad necesitaba.

Muchos de los discípulos de  Parsons encontraron en la obra de su maestro una teoría igualmente  compleja, con implicaciones para el arte, la política y la religión, no menos que para las instituciones económicas.
Para comprender la plena significación cultural de la obra de Parsons es menester considerarla  en parte como una respuesta norteamericana al marxismo. En contraste con el sistema que Parsons elaboraba en Harvard, el marxismo era para los estudiantes un simple tema de lectura, que, en este momento, detenido por el stalinismo, no evolucionaba.

En parte es precisamente por sus deficiencias que las ideas de un joven instructor suelen ser más atractivas que la de un profesor más antiguo y mejor afianzado.

El profesor joven necesita aliados para proteger su teoría naciente en su período de formación; el teórico de más edad tiene en su sistema acabado una doctrina para la cual busca conformidad: quiere tener discípulos más que alumnos. 

Un marxismo adormecido por el stalinismo.

Parsons  proporcionó a sus discípulos una teoría social que tenía raíces filosóficas diversificadas y promisorias posibilidades empíricas. El naciente período parsoniano, con su elevada cuota de distanciamiento fue obra de jóvenes que participaban en conmociones sociales mucho mayores y confiaban mucho menos en la estabilidad básica de su sociedad.

El naciente período parsonsiano, con su elevada cuota de distanciamiento fue obra de jóvenes que participaban en conmociones sociales mucho mayores y confiaban mucho menos en la estabilidad básica de su sociedad.

Debate acerca del capitalismo.

Las teorías de Werner Sombart y Max weber que se habían concentrado en el surgimiento del capitalismo moderno. No era un análisis evolucionista, sino un análisis histórico dentro de un marco de referencia comparativo. En lo fundamental, Weber destacaba que el espíritu del capitalismo había sido moldeado por la ética protestante, y destacaba el hecho de que la marca distintiva de la sociedad moderna y de su economía no era su venal búsqueda  del beneficio, sino su modo racional de producción y su forma racional y esencialmente  burocrática de organización social. Parsons se interesó por grandes problemas sociales.

Un elemento común en la obra de Weber y Sombart había sido su actitud polémica, pero respetuosa, frente a la interpretación marxista del capitalismo.

En verdad la oposición al marxismo era una característica compartida, no sólo por Sombart y Weber, sino también por los demás teóricos sociales quienes Parsons enfocó su síntesis de 1937¸  la estructura de la acción social: Pareto y Durkheim.

Sombart, Durkheim y Pareto habían producido estudios en gran escala del socialismo que tenían un carácter profundamente polémico. En el caso de Weber, su Ética protestante estaba dirigida contra la hipótesis marxista de que el protestantismo fue el resultado del surgimiento del capitalismo.

Estos habían insistido en que el capitalismo era favorecido por ciertos factores ideológicos; para Sombart, el Geist o espíritu capitalista y para Weber, la ética protestante. 

En resumen, se juzgaba de secundaria importancia las diferencias en las instituciones referentes a la propiedad. Al considerar burocráticos en lo fundamental al socialismo y el capitalismo, Weber  reducía la especificidad del socialismo sosteniendo de hecho que si el proletariado no tenía  nada que perder excepto sus cadenas.

Parsons iba a ver una convergencia teórica de considerable significación. Esta atribuía cierto grado de autonomía  a los elementos  de valor o valores morales, y más tarde, en la estructura de la acción social. Parsons la consideró como el centro distintivo de la teoría social a fines del siglo XIX. La primera obra importante de Parsons, La estructura de la acción social, procede en gran medida de su interés inicial en esas teorías antimarxistas sobre el capitalismo. 

Para Sombart, el capitalismo era como un poderoso mecanismo que en su etapa madura, sometía todo a un espíritu racionalista y calculador radicado, no en el empresario mismo, sino en la organización impersonal de la empresa.

La concepción de Sombart resulta ser  un determinismo tan rígido como el de Marx. Todo lo que el individuo puede hacer es expresar este espíritu en sus pensamientos y acciones.

Hacía el perfeccionamiento del capitalismo.

El progreso no se basa en un evolucionismo determinista, sino que lo impulsa  la dedicación de los hombres a la realización activa de sus valores trascendentales. Sostiene que la situación contemporánea de la sociedad capitalista ofrece una base para su gradualperfeccionamiento.

El desarrollo tecnológico y la sociedad industrial tienen validez no son, como pretende Durkheim, peligrosas amenazas para las bases de la estabilidad social que exacerban los apetitos intrínsecamente insaciables de los hombres.

Weber, en forma análoga en ciertos aspectos a Sombart, pensaba que la sociedad moderna estaba siendo deformada por el aumento de las rutinas burocráticas inertes que dominaban cada vez más los principales ámbitos institucionales. Parsons objeta el pesimismo de Weber, no es necesario que la burocracia actual, dice, siga dominando la vida y existe la posibilidad de que pueda nuevamente servir a fines espirituales. Sostiene que el pesimismo de Weber  deriva de su aceptación del dualismo marxista entre fuerzas materiales  y fuerzas espirituales, pero no hay razón para creer que estas sean los factores últimos  del desarrollo social. Parsons está moldeada por estos dos poderosos impulsos 1) su esfuerzo tendiente a generalizar la crítica antimarxista, 2) al mismo tiempo, su intento de superar el determinismo, el pesimismo, y en realidad, el anticapitalismo de esos críticos del marxismo.

El problema social más importante de la sociedad moderna era la alienación, situación que se oponían, Sombart y Weber  rechazaban el socialismo, no venían ninguna solución, a diferencia de Marx. Por consiguiente, Parsons opinaba que el capitalismo, tal como era, no estaba perfeccionado todavía: conocía la crítica del mismo y aceptaba algunos aspectos de ella, en particular su rechazo romántico de materialismo.

En 1965 Parsons indicó que su esperanza había quedado justificada. Declaró que el desequilibrio espiritual había sido modificado, y proclamo  que el capitalismo estaba a punto de ser trascendido: el gobierno democrático, El Estado benefactor, el gremialismo, la educación, la ciencia y hasta la cultura humanística cumplen funciones tan importantes denominar capitalista, en cualquier sentido similar al del marxismo clásico parece cada vez más forzado.

Parsons aceptaba su crítica del marxismo pero no su pesimismo con respecto al capitalismo, la teoría europea le habría proporcionado cierta visión del capitalismo, mientras que, por la otra, lo había vacunado contra las críticas más radicales al capitalismo.

El paso al voluntarismo teórico.

Sombart, Weber y Parsons en La estructura de la acción social y el joven  Marx de los manuscritos filosóficos, coinciden en que todos son indeseables una situación en la cual las fuerzas sociales autónomas moldean a los hombres, y sus esfuerzos y aspiraciones son controlados y anulados. Al contemplar a los hombres como seres que persiguen objetivos cuyos esfuerzos  pueden modificar sus vidas, el criterio de Parsons coincide con el de Marx, y en particular con el del joven Marx de la alienación.

En 1937  Parsons no citó una sola fuente  marxista original. El instituto Marx-Engels recién había publicado, en 1927 el primero volumen de obras completas de Marx y Engels, en este volumen y en otros posteriores aparecieron por primera vez los textos definitivos de los escritos iniciales del Marx.

Otra dificultad le impedía ver con claridad esta coincidencia, ya que enfocar de esta manera el desarrollo de marxismo habría complicado, o simplemente contradicho, su tesis acerca de la evolución de la teoría social del siglo XIX.

La obra de Marx no presenta el paso a una teoría social voluntarista, sino, por el contrario, un alejamiento de ella.

Según Parsons, el vuelco voluntaristas se debe a la interacción de los datos acumulados con la teoría; esta condujo a la formulación de problemas y dio forma intereses de la investigación que produjeron datos, a su vez empujaron la teoría hacía el voluntarismo.

De tal modo, Parsons se ve obligado a recurrir a una explicación hegeliana o marxista a una explicación positivista que destaque la importancia de los hechos. En definitiva, Parsons parece sostener que el vuelco voluntarista en la teoría social tuvo lugar por la confiabilidad empírica de las observaciones y la corrección lógica de las inferencias extraídas a partir de ellas. Lenin renovó precisamente la importancia del componente voluntarista del marxismo. 

En resumen, la teoría política y social de Lenin presentaba claros indicios de haberse desplazado de manera apreciable hacia el mismo voluntarismo que Parsons atribuye a los teóricos sociales académicos del período clásico.

Parsons acusaba a Weber de sostener que los valores religiosos que dieran inicialmente al capitalismo un significado habían sido remplazados por un sistema automático y mecanicista en el cual los bienes materiales dominaban de manera inexorable la vida de los hombres.

En resumen, lo que ocurrió fue que con la gran depresión y el creciente interés por el marxismo en Estados Unidos, aumento la presión tendiente a elaborar y reforzar las alternativas intelectuales a dicha teoría e impedir que se tuviera en cuenta como una sociología con igual título que las demás.   

Alienación y voluntarismo.

El voluntarismo de Parsons y la concepción de Marx sobre la alienación concuerdan solamente en su visión del hombre como un ser que lucha y persigue objetivos. Su voluntarismo es ante todo, una expresión de antideterminismo. Los valores  que los hombres aspiran a realizar no son reducibles a las condiciones sociales que influyen sobre ellos y los moldean, ni generan, condiciones que reflejan las intenciones delos hombres.
Se sirve del voluntarismo como procedimiento de selección al azar, como procedimiento estructurador, poniendo de manifiesto con ello su actitud antiderterminista. Una teoría social voluntarista supone normas morales, no  niega en absoluto un papel importante a los elementos condicionales y a otros elementos no normativos, pero los considera interdependientes  con los normativos.

El voluntarismo de parsoniano en un intento de preservar un lugar especial para las normas morales pero rechazando, al mismo tiempo, el esquema determinista en el cual, hasta ahora, se las había ubicado, resalta el poder de la moralidad.

La liberación del funcionalismo.

Este funcionalismo  más liberal parece atribuirle simplemente una difusión de la cultura francesa la norteamericana, ya que ha sido siempre más individualista y liberal que la de Francia, con sus tradiciones estatistas[j1] .






 [j1]Tendencia que exalta el poder y la preeminencia del Estado sobre los demás órdenes y entidades.

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